POV: Carttal Azacel
Mis botas golpeaban la grava con fuerza mientras cruzaba el portón. No esperé a que alguien me abriera, no toqué la puerta, no pedí permiso. Entré como un huracán. Nada me importaba. Solo una cosa me importaba: Aslin.
Mi corazón latía como un martillo en el pecho. Cada paso que daba dentro de esa casa me acercaba a ella. Ya podía verla. Su rostro. Su mirada. Su voz diciendo mi nombre. Después de todo lo que había pasado, de todo lo que había perdido… por fin.
—¿Dónde está? —grité apenas vi a Edrien en la sala, de pie junto a una lámpara encendida—. ¿Dónde está Aslin? ¿Dónde están mis hijos?
Edrien levantó la vista y frunció el ceño. Parecía confundido. Como si mis palabras no tuvieran sentido.
—¿De qué hablas? —dijo, dando un paso hacia mí—. Tú enviaste a Mariano para que la llevara contigo. ¿Cómo que no está contigo? ¿Dónde está mi hermana?
Me detuve en seco.
El mundo se detuvo conmigo.
—¿Qué dijiste? —mi voz fue apenas un susurro, pero cargado de una furia que