60. Atrapados infraganti
La sultana estaba molesta cómo era posible que el primer día la desautorizaran así, — Estoy indignada.
Burak giro los ojos, sin duda estar de espectador en esta guerra que apenas comenzaba podía llegar a ser muy divertido pero las quejas de su madre le estaban sacando de quicio, — ¿Y que pretendías ni siquiera les dejaste instalarse para comenzar con tus reglas y la presión?
— Solo quería compartir una cena en paz.
— Son niños por Dios, tus nietos además, ya te perdiste casi cinco años de sus vidas.
— Cuando ustedes eran pequeños comían en la cocina, una regla de tus abuelos y nadie se ofendió.
Burak de pronto recordó aquellos tiempos en que su hermano y él eran constantemente apartados y no compartían en las reuniones de adultos como si los consideraran una molestia y de dió cuenta que aunque nunca lo expresó si le incómodo.
— No tiene porque repetirse las historia Ayse no eres tú ni tu los abuelos, tienes la libertad de llevar tu casa como lo desees sin repetir patrones sin sent