Capítulo 54.
Nos detuvimos ante una enorme puerta que Karel tocó suavemente.
—¿Quién es?— Dijo con su asquerosa voz dulce fingida.
—Soy yo, abre la puerta por favor. — Dijo Karel con la voz más… suave que le había escuchado.
Así que esa es la voz que utiliza con alguien que le importa. ¡Ja!
—¡Cariño! — Dijo Elizabeth arrojándose a sus brazos. Karel la atrapó al vuelo.
¿Podría interrumpir tan dulce escena? Si, podía.
—Hola, querida Elizabeth. — Dije imitando su voz y por dos segundos su verdadera cara salió a la luz y me enseñó los dientes. Vaya, vaya. — No te preocupes, solo hemos venido para verificar algo.
En ese momento se dio cuenta de que tenía más público además del rey y recompuso su cara de perra.
—¿Qué es lo que necesitas, amor? — Preguntó mirando a Karel y tomando sus manos. — Yo te ayudaré en todo lo que pueda, ya lo sabes.
—Claro que lo sé, querida. – Dijo Karel y juro que estaba a dos segundos de vomitar así que no le vi sentido a continuar viendo esta lamentable exhibición y