Capítulo 74.
-¿Cómo harías eso, loba?- Me preguntó curioso Joel.
-Bueno, ustedes los machos no cabrían por ahí- Dije señalando las rejas- Pero mi cuerpo es más pequeño y flexible. Permítame intentarlo, señor.
Miró alternativamente entre mi cuerpo y las rejas; luego me dio un asentimiento de cabeza.
- Tienes dos minutos loba.
-Si señor.
Yo me acerqué a la reja y comencé a buscar lo que necesitaba. Justo como se lo había pedido a Mateo, me hizo una especie de señalización para saber por dónde podría entrar fácilmente. Comencé a pasar una pierna y luego el resto de mi cuerpo
le siguió. Esto sería muy difícil si no fuera porque Gastón y los chicos lo habían engrasado con alguna cosa que no me molestaría en averiguar qué era.
Cuando pasé del otro lado le di pulgares arriba a Joel, quien me dio una sonrisa astuta y luego fui hacia la palanca que abría la puerta. Tuve que utilizar todas mis fuerzas ya que esta cosa pesaba un montón, pero lo logré.
Los lobos comenzaron a cruzar a señal de Joel. Cua