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CALOR EN LA OFICINA

Después de su primer round laboral entre Blue y Adam, las cosas han estado en calma. Ya han pasado cerca de cinco meses entre dimes y diretes que han hecho que ambos se acerquen y mucho... En lo laboral, obviamente. No crean que, por otra cosa, pero con una tremenda tensión que se puede sentir en el ambiente. Adam estaba encantado por la manera tan eficiente en la que Blue manejaba sus asuntos y hasta le ayudaba con uno que otro caso y Blue se adaptaba cada día más a ese ogro gruñón que tenía por jefe.

Era miércoles y ambos se encontraban inmersos en un nuevo caso que le ha llegado a Adam Scott.

El caso trata de una empresa que suministra insumos médicos tecnológicos, que en estos momentos se encuentra con problemas por una falla en uno de sus productos. Lo que ha ocasionado un gran problema frente a sus inversores y provocando altísimas pérdidas económicas.

-De todo lo que veo en estos documentos señor. Scott. Lo único que me parece extraño son estas facturas a Smart.com que no tienen respaldo.

-¿Qué?... Muéstrame.

-Mire este documento y estos asientos contables -Mientras Blue le muestra su descubrimiento, los ojos del bombón agrio se expanden de la impresión.

«¿Cómo no pude ver esto? Si llevo más de un mes leyendo los mismos documentos y no noté estás diferencias» Se decía interiormente. Entre la incredulidad, la emoción y un poco de calor por los descubrimientos de su asistente, Adam se pone de pie y en un dos por tres, toma a Blue entre sus brazos y comenzó a girar con ella.

-Eres toda una joyita, señorita Soré.

-Gra... gracias, señor Scott. - Ambos se miraron, pues en este abrazo hay más de lo que pueden pensar. Sus respiraciones se hacen más irregulares, ambos respiran el mismo aire y sin poder razonar. Adam asalta los labios rosa de su asistente, la que se queda inmóvil y con los ojos como platos.

El bombón agrio, no desaprovecha la situación y casi dejándola sin aliento muerde su labio inferior para que su boca le de acceso a cada parte de su interior, al tenerla aprisionada y sin poder mover ninguna extremidad Blue se deja llevar por el beso, uno sin miedo, demandante que le quema hasta el alma.

Ambos metidos en sus pensamientos se separan buscando el necesario aire para sobrevivir. Adam baja a Blue de sus brazos, la suelta y arregla unos mechones que se salieron de su bella melena.

-Deseaba tanto esto, desde el día en que te ví. -susurró en su oído, haciendo que miles de mariposas o quizás murciélagos se arremolinaron en su estómago.

-Sr. Scott... No podemos, no debemos.

-Déjate llevar Blue, yo sé que también lo quieres. -Y con esas palabras Adam volvió al ataque de su preciada presa, sabe que si se aleja perderá cualquier oportunidad para estar así con ella, lo que no se esperaba fue que Blue reaccionara tan activamente.

La mujer comenzó a tocar sus pectorales por sobre su camisa, llevando corrientazos directos a su miembro que ya moría por salir de su prisión. Con sus manos tomó el nudo de su corbata.

-¿Puedo? -a lo cual el bombón agrio, encontrándose ciego de deseo sólo movió su cabeza en afirmación. Blue con manos expertas desató el nudo y la retiró suavemente, mientras Adam cerraba los ojos, ciego por las sensaciones que le estaba provocando esta mujer.

-Mírame -le ordenó ella-. Si vamos a hacer esto tienes que ver, es una orden. Se mofó, después de todas las veces que él le había sacado lo peor de ella. ¿venganza? No, ¿deseo? Mucho. Ya Blue había tomado las riendas del caso o de la relación y no había vuelta atrás. Con sumo cuidado abrió cada botón de la camisa del bombón, luego llegó a la cinturilla del pantalón. Tomó el cinturón y lo soltó de inmediato sacó la camisa y se quedó admirando su barrita de chocolate blanco, bien definida y con un poco de vello. Lo que lo hacía más apetitoso, jugó con él, vi su deseo, la lujuria en sus ojos lo demostraba. Como toda una experta lo llevó a su sillón y empujándolo lo sentó para arrodillarse frente a él y liberar por fin eso que ella quería probar. Deslizó sus manos por su pecho, besó su ombligo y escuchó los gruñidos del hombre, lo miró y le volvió a recalcar.

-Tienes prohibido cerrar los ojos o esto se acaba -Adam, cual corderito los abrió de inmediato y se dejó llevar por lo que Blue le hacía.

-Ups -exclamó Blue al ver que Adam no llevaba ropa interior-Que grata sorpresa, señor Scott -doblemente grata se dijo con una sonrisa pícara. Pues el miembro de Adam no solamente era apetitoso y digno de ser venerado, sino que además ya goteaba líquido preseminal por la excitación.

-¿Puedo? -Volvió a preguntar Blue.

-Todo tuyo -logró decir en medio del éxtasis que estaba sintiendo. -Blue con sus manos bajó delicadamente el pantalón para luego colocarse frente a su objetivo, con una mano lo tomó y comenzó a masajear, mientras subía y bajaba, con su lengua acariciaba su punta y luego bajaba por toda su longitud.

- Eso Blue, tómalo todo. - decía jadeando de placer, pero cuando Blue lo introdujo en su boca sintió que una explosión de fuegos artificiales se estaba produciendo, delirando de placer tomó el cabello de su amante para guiar el ritmo de sus embestidas. Blue se puso tensa y le replicó

-No, no, no bombón aquí la que manda soy yo - y lo soltó haciendo mella de ponerse de pie. Ella estaba igual de caliente que su jefe, pero debía ser cuerda, si quería que funcionara algo entre los dos se la jugaría, pero no podía perder contra él. Adam tomó su cara y con un beso dulce la miró.

-Haz de mí lo que tú quieras... -confesó sin saber lo que estaba por venir...

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