PAPÁ CEO: 20. Un acuerdo
— Muchas gracias por venir, doctor, lo mantendré al tanto si surge alguna anomalía — había dicho Barroso, despidiendo al hombre frente a las puertas del ascensor.
Al volver con su jefe al salón, se sintió terriblemente culpable.
— Señor…
— Estoy bien, Barroso.
— Esto no tuvo que haber pasado — replicó a cambio —. Fui a hacer lo que me ordenó, pero dejé su seguridad a cambio de dos de mis hombres.
Él asintió, incorporándose un poco contra el respaldo del sofá. Tenía el torso vendado y algunas heridas ya desinfectadas.
— Fue mi error, no avisé, no lo creí necesario.
— Deberá contarme que fue lo que pasó exactamente para dar con el culpable.
— Lo haré, pero no ahora, primero quiero descansar.
— Como ordene, señor, con permiso — asintió levemente antes de retirarse.
Alexia había estado en completo silencio durante la última hora, con el corazón en la garganta.
— Acércate — le pidió él, desde el sofá. Ella lo hizo con pasos lentos, mientras jugaba tímida con sus dedos —. Me gusta