Capítulo 41. Tengo la lista
—Mire este vestido. —La empleada saca uno de tono celeste pastel, sencillo, pero muy hermoso. Nada revelador—. Está precioso. ¿Por qué no se lo prueba? Con su cabello negro y su piel clara le quedará muy bien.
Isabella, todavía molesta, no le presta mucha atención, pero la empleada no desiste. Busca un conjunto de ropa interior a juego y unas sandalias. Coloca todo a un lado y permite que ella asimile la situación.
—¿Quiere que la ayude a vestirse? —pregunta la mujer cuando nota que Isabella todavía no está decidida—. También puedo ayudar a peinarla.
Isabella finalmente accede. Se coloca el vestido y tal como dijo la empleada, le queda perfecto. Acentúa su figura y hace resaltar su hermosa piel. Se hace una coleta alta y bien prolija con el cabello y se deja maquillar de forma ligera para tapar las ojeras.
Luego de desayunar, va hasta la empresa. Llega justo a la hora de entrada del personal administrativo.
—Buenos días, Bella —saluda Lucinda y la escudriña con la boca abierta. N