—¿Cuál es el problema, amiga? ¿Qué sucede con ellos?

Megan respira profundo antes de contestar.

—No existe registro que ellos hayan estado en el país en esa fecha, Bella. Ambos viven en el extranjero desde que tienen diez años, aunque son socios de Catalina y vienen eventualmente cuando es necesario para ocuparse de algunos asuntos.

Los ánimos de Isabella se arrastran por los suelos al oír aquello. Sus opciones disminuyen de forma considerable y con él sus esperanzas de encontrar al padre de su hijo.

—Pero… el que no exista registro de su entrada no quiere decir que no haya pasado —añade Megan—. Estuve hablando con mi hermano y me contó que, por lo general, sus visitas son mantenidas en secreto absoluto; es posible que las pruebas de su entrada se hayan eliminado de manera deliberada. No les gusta llamar la atención.

—¿El otro hombre quién es? —Isabella señala el tercer nombre en el papel.

—Enrique Arrabal es el padre de Adam y Álvaro. Tiene sesenta años, los tres fueron al extranjero