Capítulo 122. Cara a cara
—¿Qué piensas hacer con ese número? —pregunta Beatrice en voz baja mientras observa a su hermano cerrar su mochila.
—No vamos a usar el teléfono de mamá, tranquila —responde Bastian sin levantar la vista—. Lo haremos desde casa, cuando mamá y tía Megan no estén. Así nadie podrá saberlo.
Beatrice asiente lentamente. Le parece una buena idea. Tal vez no esté del todo bien, pero su hermano suele tener buenos planes.
Cuando Megan regresa con los bocadillos, los niños ya han dejado el celular de Bella a un lado. Ahora están sentados en la alfombra de la oficina, coloreando unos dibujos que trajeron en sus mochilas. Megan sonríe al verlos así de tranquilos. No sospecha nada.
Unos minutos después, Bella entra en la oficina. Su reunión con el equipo ha terminado y está algo agotada. Al ver a sus hijos entretenidos y a Megan conversando con ellos, se siente aliviada. Todo parece estar en orden.
El día continúa sin sobresaltos hasta bien entrada la tarde, cuando Bella comienza a recoger sus per