SIETE MESES DESPUÉS
- ¿Dani? ¿Vamos a correr?
La voz de Emerald zumbó en mi cabeza como si de una avispa se tratara, abrí los ojos, miré al despertador colocado sobre la mesilla de noche, y vi que eran solo las cinco de la mañana.
- ¿Emerald? ¿Te has vuelto loca?
- No, pero el bebé me ha despertado, le he dado el pecho, y ahora no puedo volver a dormirme, vaaaaaaamos, necesito ejercitarme, ya sabes que Denzel es muy protector, no me ha dejado salir casi nada, y me siento fatal sin hacer ejercicio.
- Venga, vale, pero correremos hasta el lago y ya está, sabes que sin un buen desayuno no tengo fuerzas para nada más.
Me vestí con unas mallas y una camisa vieja que había en el fondo de mi armario, y seguí a Emerald escaleras abajo, con los ojos aún a medio abrir. Llevaba ya seis meses en la vieja casa de la