El taxi se detuvo frente de la entrada principal de la mansión, Emily salió a toda prisa, su cuerpo escurría, al llegar a la sala notó la presencia de una persona recostada sobre el sofá, quiso ir a indagar, el mayordomo se acercó.
—Se trata del señor Noah, ha llegado bastante ebrio, le urgía hablar con usted —Emily giró el cuerpo sin darle importancia.
—No tengo ni el más mínimo interés en cruzar palabra con ese hombre, cuando despierte informele que aún no me encuentro y sugiérele que se marche de este lugar —ante las indicaciones de Emily el mayordomo simplemente levantó las cejas.
Emily se dirigió a la habitación principal, retiró la ropa mojada y cubrió su cuerpo con el pijama, secó su cabello, mientras lo hacía se cuestionaba sobre la presencia de Noah.
«Qué rayos ha venido a hacer Noah a estas horas, de que quiere hablar conmigo y más si se encuentra ebrio», la cabeza de Emily daba vueltas, el teléfono sonó, llevó la mirada a la pantalla, al mirar su nombre de inmediato dio r