Luego de aquella oscura y difícil noche, Emily despertó con pequeñas bolsas en los párpados, no había podido dormir como de costumbre, tan solo unas pocas horas antes del amanecer, no podía dejar de cuestionarse sobre lo que había visto.
—Emily, solo fue cosa de tu imaginación, vives pensando en él todos los días y el cerebro te jugó una mala pasada, adicional ha pasado un largo tiempo, lo más probable es que nunca más lo vuelvas a ver —se dijo a sí misma mientras se levantaba de la cama.
Salió de la habitación y se dirigió a la mesa, desayuno ya estaba preparado para ella, mientras se alimentaba se cuestionó si estaba haciendo lo correcto, es pequeño en su vientre se movió, con la mano acarició su abdomen.
—No estés triste, lo hago por los dos, hoy romperé mi promesa, pero será para que tengas un apellido y crezcas con un padre a tu lado —musitó con los ojos húmedos.
Luego de probar el desayuno se levantó de la silla y fue al baño, lavó su cuerpo y se preparó para salir en búsqueda