A primera hora de la mañana, Gwyneviere visitó a Eamon y Meredith para pedirles que dejara poner conjuros de protección a su hogar.
- ¿Dejarás a Arabella con nosotros? -le preguntó Meredith en cuanto las vio.
Gwyneviere sacudió la cabeza, sonriendo.
- Harán de Arabella una niña consentida si siguen tratándola así -bromeó Gwyneviere.
Meredith sonrió y estiró los brazos para que Gwyneviere le diera a la bebé.
- Ven aquí, pequeña Bella, ven a los brazos de tu abuelita.
Gwyneviere se acercó a Eamon.
- Daría lo que fuera porque Vandrell pudiera ver esto ahora. Su madre libre de la maldición sosteniendo a su hija -le dijo, sin que Meredith pudiera oírla.
- Has hecho mucho por nosotros, querida. Más de lo que te imaginas. No podemos pedirte más.
- Si, protección extra. Colocaré ahora mismo esos conjuros -dijo, y se dispuso a hechizar la casa.
***
Rhys y Edra lloraban todo e