Dudas y más dudas

Capítulo 4.

Capítulo 4; Dudas y más dudas.

El azotar de la puerta se escuchó y con ello, una persona muy enojada estaba entrando al lugar.

— ¡¿Qué haces aquí?!— preguntó un poco exaltada la directora Layla dejando ver el enojo en sus ojos, realmente estaba furiosa y Deyanira sabía a la perfección el porque de su enojo ya que sabía qué ella no debía de estar en ese lugar.

— Yo... yo — Deyanira empezó a tartamudear, se notaba que estaba nerviosa e intentando buscar las palabras correctas para poder decir alguna mentira, algo que fuera realmente creíble y poder excusarse, pero nada se le ocurría en ese momento, el nerviosismo que sentía no la estaba ayudando en nada.

— No pensé que te escabullirias, cometí el error de no cerrar la puerta y por eso regrese para poder dejarla bajo llave — dijo mostrando un juego de llaves — pero que bueno que regresé ya que antes de cerrar la puerta, escuché unas voces y decidí entrar para poder ver qué ocurría aquí adentro. Pero vaya sorpresa la que me lleve al encontrarte en este lugar, si usted pensaba que no la iba a descubrir y que esto no tendría consecuencias sobre usted señorita, no jovencita, usted está demasiado equivocada y tendrá un enorme castigo por romper las reglas — dijo Layla agarrando del brazo izquierdo con mucha fuerza a Deyanira mientras la reprendía por tal acto.

— Me me estás lastimando—. Se empezó a quejar mientras intentaba safarse un poco de aquel duro agarre, pero le era imposible, después de todo, Layla también era fuerte como todos lo eran en aquel clan.

— Debiste de pensar que no tendría consideración de ti antes de entrar a este lugar y al cual nadie tiene permitido entrar — dijo arrastrándola.

Deyanira dió un vistazo de nuevo al señor que había conocido y el negó con la cabeza, Deyanira sentía que algo grande estaba pasando y que la directora, la cual la había estado cuidando durante mucho tiempo, le estaba ocultando algo... Algo muy grande. Lo peor de todo, es que creía en la palabra de un desconocido más que en la mujer que la había cuidado desde que unos seres de la misma clase que aquel señor, se habían deshecho de sus padres.

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— ¡Vaya, eres increíble! — soltó Layla mientras empujaba con mucha fuerza a Deyanira a la cama de esta última.

Layla realmente se mostraba molesta y decepcionada.

— Perdón, no fue mi intención. No volverá a suceder, cometí un gran error y lo sé— soltó Deyanira un poco avergonzada.

— Claro que no volverá a suceder porque estás castigada, solo saldrás a tus clases y regresaras a tú habitación, obviamente con mi supervisión y te traeré la comida. El dejar a Dylan quien es el futuro protector de la cazadora líder a su cargo, no fue buena idea — soltó dejando ver una llave — ¿Dónde está ese chico?, Tendrá un grave castigo ya que no te tiene porqué dejar sola — dijo casi a punto de salir de la habitación de Deyanira.

— ¡Espera!— la detuvo Deyanira, ella sabía que si no hacía algo al respecto y quitaba toda la culpa de encima de Dylan, este chico lo podría pagar caro y ella no quería eso — no le hagas nada, él no sabe lo que hice ya que me le escapé... La única culpable aquí soy yo — soltó mirando al suelo y echándose toda la culpa.

— Muy bien, esto aumenta tú castigo — soltó Layla sin expresión alguna.

Deyanira suspiró y asintio aceptando toda culpa.

Layla salió de la habitación de Deyanira para luego cerrar con seguro por fuera, así aquella joven no podría salir por más que quisiera, ella estaba encerrada en su propia habitación.

Deyanira corrió hacia la puerta y la intento abrir, sin tener éxito alguno.

Layla estaba tan avergonzada por lo ocurrido, ¿Cómo era posible que la futura líder de los Topofa se atreviera a tanto?.

Deyanira quería oponerse, pero sabía a la perfección de que si lo hacía le iría peor y mucho más a Dylan, quién por su culpa casi se metía en problemas y era algo que ella no quería que pasará.

— ¡Genial!, Ahora tendré que estar encerrada — soltó un poco fastidiada. — ese señor....

Ella empezó a recordar aquellas palabras que seguían haciendo eco en su cabeza — “No confíes en nadie"— esas palabras que aquel señor vampiro le había dicho.

— No confiar en nadie — susurró mientras se sentaba en la orilla de su cama.

De pronto, Deyanira se empezó a sentir rara.

— Agh — se quejó mientras se empezaba a tapar la boca de dónde aquel dolor empezaba a brotar sin explicación alguna.

— Esto... — soltó entre quejidos sin poder soportar aquel dolor.

De un momento a otro, aquel dolor dejo de hacerse tan notorio y se hizo cada vez menos doloroso, hasta que dejó de sentirlo.

Era algo extremadamente raro lo que le estaba pasando.

De inmediato y al dejar de sentir esa incomodidad en su boca, ella se puso de pie y se miro a un espejo, siendo así que se abrió la boca ya que había empezado a sentir algo raro dentro de esta y pudo ver qué poco a poco unos grandes colmillos se empezaban a asomar.

— ¡Pero que rayos! — soltó sin poderse explicar lo que estaba ocurriendo y se seguía observando.

Deyanira se tocó un colmillo con su dedo índice y empezó a jalarlo con el dedo índice y el pulgar, pero todo de esto le fue imposible. Aquel comillo estaba pegado a sus dientes y se pudo dar cuenta que ya eran parte de ella. Sin pensarlo empezó a retroceder poco a poco para luego tropezarse.

Aquella joven tragó saliva, todo esto le estaba aterrando ya que no sabía a qué se debía este cambió tan repentino.

Ella pensó que podría tratarse de una broma, pero en el interior sabía que no era así, los colmillos que le acababan de salir ya eran parte de ella.

— No entiendo, esto no es de caza vampiros, esto no está bien, yo soy del clan Topofa. La futura líder — susurró aterrada mientras pequeñas lágrimas empezaban a recorrer por sus mejillas.

Era algo difícil de asimilar, al clan Topofa no le agradaría este cambio repentino de su futura líder.

La puerta se abrió de inmediato, dejando ver de nuevo a la directora.

— ¿Qué haces allí?— preguntó un poco molesta mientras observaba a Deyanira en el suelo.

Deyanira estaba a punto de hablar, pero antes de poder emitir alguna palabra decidió parar en seco y negar con la cabeza.

— Te traje comida y tus vitaminas, más te vale que te la estes tomando. Son unas muy buena vitaminas para una buena líder ya que estás te ayudarán a estar en forma — dijo Layla sin mostrarse emocionada.

Deyanira solo asintió.

Layla decidió no tomarle tanta importancia así que solo rodó los ojos y salió para luego volver a cerrar la puerta con seguro. Deyanira suspiró, ella estaba aliviada de no haber sido descubierta ya que no sabía que era lo que le estaba pasando y hasta no saberlo, no planeaba decir nada.

“No confíes en nadie", recordó aquella frase.

— No entiendo que es lo que pasa, pero hasta no saberlo le haré caso a aquel desconocido y no confiaré en nadie. Aunque solo hay una persona que se, nunca me traicionaria— dijo con confianza.

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— ¡Muy bien!, Deyanira haz mejorado mucho en tú tiro, si sigues así lograrás convertirte en la mejor cazadora de vampiros de la historia — Aquella joven solo le sonrió al profesor ante aquel halago, esto la llenaba de orgullo.

Al este irse, Dylan se acercó corriendo hacia donde se encontraba su mejor amiga.

— Yo confío en tú capacidad. Tú serás la mejor líder de la historia y yo seré tú protector — dijo aquel jovencito sin ocultar su emoción.

Deyanira se empezó a mostrar un poco triste.

— ¿Qué tienes?— preguntó Dylan con preocupación, su amiga no solía ponerse de esa manera, siempre mostraba una sonrisa y ese día estaba siendo la excepción.

Deyanira alzó la mirada, volteó a ver a todos lados y al percatarse de que nadie los estuviera observando, tomo de la mano derecha a Dylan y lo arrastró hacia una esquina solitaria, dónde no pudieran ser vistos y mucho menos, escuchados.

Deyanira dió un gran suspiro — esto pasa — dijo abriendo grandemente la boca y señalándose sus nuevos colmillos.

Parecían falsos, pero ella sabía que no lo eran.

Dylan empezó a observar con asombro y lleno de miedo, él nunca había visto nada igual.

— No inventes — susurró — tú no tienes descendencia de vampiros — soltó aún sin poder creerlo y mientras seguía observando con atención.

— Ni lo digas, dudo mucho que sea pariente de alguno por el hecho de que ellos mataron a mis padres y ademas de todo, yo si puedo ver mi reflejo y ellos no, todo esto es muy extraño y preocupante. Si ellos se enteran... Si todo el clan se entera... — dijo asustada

Dylan empezó a observarla lleno de confianza.

— Investigaré — soltó de repente y con determinación — nadie te hará daño y eso te lo prometo— soltó con una gran sonrisa.

Él estaba dispuesto a ayudar a su mejor amiga, sin importar lo que pasará y él estaba dispuesto a averiguar lo que estaba pasando.

— ¿No no me quieres matar?— preguntó ella un poco asustada y nerviosa.

Deyanira sabía a la perfección que en el clan Topofa, si descubrían a algún vampiro dentro de sus bases, tenían que demostrar su lealtad matando lo. Esa era la regla número 1.

— Recuerda, no sabemos si eres una de los suyos y sería imposible por el hecho de que tus padres fueron los mejores cazadores de la historia del clan Topofa y tú no tienes descendientes de vampiros — Dylan tomo de las manos a Deyanira — y a pesar de que tú fueras un vampiro, yo te protegería sin importar que pueda pasar. Después de todo soy tú protector y tú mejor amigo. Nunca te dejare sola, recuérdalo — soltó para luego guiñarle un ojo.

— Dylan — susurró.

— Espero que sepas que yo no dudaría ni un segundo en protegerte, más que un deber. Yo te quiero mucho — confesó.

— ¿No te me estarás confesando o si?, Eso sería un poco extraño — dijo aquella joven soltando con rápidez las manos de Dylan y mirando a otro lado ya que sus mejillas se empezaban a tornar rojizas, ella no sabía cómo reaccionar.

Dylan se mordió el labio inferior para luego decir unas palabras — se... Se que somos mejores amigos, por eso te quiero y te... Te protegería siempre— empezó a decir un poco nervioso mientras se acomodaba el cabello.

Este no era momento para confesiones, si no más bien para averiguar que era lo que estaba ocurriendo.

— Gracias por todo tú apoyo, en verdad te lo agradezco, me haz demostrado que eres un gran amigo — soltó Deyanira mientras lo volteaba a ver.

— No tienes porque agradecer, siempre estaremos unidos, somos muy grandes amigos y eso nadie lo cambiara — sonrió.

— Se me olvidaba decirte una cosa más, ayer visite al vampiro misterioso — dijo un poco avergonzada mientras se tallaba el brazo izquierdo.

— ¡¿Qué hiciste qué?!, ¿Estás loca? — alzó un poco la voz.

— Por favor no grites, nos podrían escuchar y descubrir — dijo Deyanira tapándole la boca a Dylan.

Aquella joven se asomó y pudo notar que nadie se había percatado de que seguían hablando en ese lugar, de repente soltó un suspiro lleno de alivio y quitó su mano de la boca de Dylan.

— Se que dijiste que irías, pero pensé que ya no lo harías, pensé que no habías encontrado ese lugar — soltó asombrado.

— Verás, solo quería saber que conexión tengo con él. No sé por qué al ver a ese señor sentí algo tan especial, algo muy bonito — a Deyanira le empezaron a correr unas pequeñas lágrimas las cuales no tenían explicación alguna.

— ¿Te dijo algo?— preguntó con preocupación aquel chico.

— Me dijo una cosa que me dejó muy intrigada, me dijo que no debo de confiar en nadie y que la guerra entre ambos clanes está muy cerca. Lo peor de todo es que yo sería la salvación, no termino de comprender nada de esto... Dylan como lo supuse, algo grande está por ocurrir, lo puedo sentir dentro de mí, algo se está avecinando — soltó Deyanira para luego tragar saliva.

Ciertamente Deyanira no se podía explicar cómo ella, una joven de tan solo 17 años podría ser la salvación en una guerra donde dos clanes se estaban por enfrentar y lo que menos comprendía era; ¿Qué era lo que tenía qué salvar?, Ella era todavía una novata en todo esto, sus habilidades todavía no estaban bien desarrolladas y ahora estaba sufriendo cambios repentinos en su cuerpo, los cuales ella creía que no tenían explicación alguna. Todo esto la confundía de gran manera.

Sin saber que pronto descubriría que era lo que estaba pasando.

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