Cap. 249: Una esposa fugitiva. Un abogado prohibido.
La casa de Logan Montgomery estaba en penumbras. Solo la luz cálida de la cocina y la del salón permanecían encendidas mientras el reloj marcaba las cinco de la madrugada. Afuera, la bruma del amanecer apenas comenzaba a disiparse entre los árboles.
April estaba sentada en uno de los sillones con Isabella dormida en su regazo. Cerca de ella, Marie mecía a su bebé en brazos, y Nathan sostenía una taza de café frío sin probar. El silencio pesaba como una losa. Los trillizos dormían en sus habitaciones desde hacía horas, pero ninguno de los adultos podía pegar un ojo.
Logan caminaba de un lado a otro junto a la ventana, deteniéndose cada tanto a mirar el portón, con el ceño fruncido y los brazos cruzados. Llevaba la camisa por fuera del pantalón y el rostro desencajado por la espera. Cada paso suyo dejaba una estela de ansiedad contenida.
—Va a llegar —susurró April con dulzura.
—Tenía que haber llamado —respondió él, sin mirarla—. Axel es muy impulsivo… No sabemos qué pasó allá afuera.