Cap. 235: Una esposa fugitiva. Un abogado prohibido.
El mercado del pueblo era un festín de colores, aromas y voces. Aria caminaba entre los puestos con los ojos brillantes, señalando con entusiasmo cada artesanía, fruta exótica o prenda bordada a mano. Axel la seguía con una sonrisa apenas contenida, como si cada gesto de ella lo desarmara.
Se sentían tranquilos sabían que un solo hombre no podría encontrarlos de un día para el otro, pero no podían bajar la guardia, sin embargo con discreción salieron a conocer la ciudad y a comprar las cosas que requerían para que no los reconocieran, ajenos a todo lo que en New York, Richard Crowe estaba planeando.
—¿Eso es... un poncho? —preguntó él, alzando una ceja mientras señalaba una prenda de lana con motivos aztecas.
—Auténtico. Si vas a ser turista, hazlo bien —respondió ella, tomando el poncho y estirándolo hacia él—. Pruébatelo.
—¿Tú quieres que me vean como hippie?
—Quiero que te veas como alguien que se divierte. Vamos, abogado elegante.
Axel suspiró teatralmente, pero accedió. Cuando s