¿Un juguete roto?
Durante una fracción de segundo, Sylvia sintió que su cuerpo se convulsionaba, espinado por numerosas y afiladas espinas que penetraban en su piel.
Casi por instinto, levantó una mano y dio una bofetada en la atractiva cara de Odell.
¡Pam!
Un golpe claro y nítido cortó el aire.
Sylvia sintió que le temblaba la palma de la mano. Su rabia era lo que la mantenía en pie mientras rugía con fuerza: "¡Odell, tú eres el juguete roto!".
Tan pronto como dijo esto, ella sintió que algo la agarraba por el cuello.
Era Odell el que la agarró del cuello y la empujó contra la pared detrás de ella. Su rostro era terriblemente hostil.
"¿Me has pegado? ¿Cómo te atreves a pegarme?". La miró fijamente de forma asesina, como si quisiera agujerear su cuerpo con su mirada.
La mirada de Sylvia cambió, luego se preparó y volvió a aullar: "¡Tú fuiste el que empezó!".
Odell apretó su agarre con rabia.
Sylvia se asfixiaba y abría desesperadamente la boca para aspi