Realmente él no esperaba encontrarse con ella dos días seguidos por la mañana y por la tarde.
De todos modos, Sylvia no le dio mucha importancia. Al fin y al cabo, trabajaba en esta vecindad, así que era normal encontrarse el uno con el otro.
Se dio la vuelta y estaba a punto de llevar a los niños al coche.
Sin embargo, Edmund sacó de repente dos regalos delicadamente envueltos y le dijo a Isabel: "Isabel, esto es un regalo para tu hermano y para ti".
A Isabel se le iluminaron los ojos y corrió a tomar los regalos. Al mismo tiempo, dijo: "Gracias, Señor Price".
"De nada. Ahora vete a casa con tu mamá".
"Ajá". Isabel regresó felizmente al lado de Sylvia con los regalos en los brazos.
Sylvia frunció los labios con impotencia y le dijo a Edmund: "Gracias por comprarles regalos".
"Ni lo menciones. Los compré de camino". Desde que se encontró a Isabel ayer, pensó que podría volver a verla esta tarde y preparar un par de regalos. Inesperadamente, acabó realmente encontrándose con ell