Sus días eran productivos y llenos de alegría. Pronto habían pasado cinco días.
......
Ese día, Sylvia los llevó al parque de atracciones y pasó más tiempo del habitual en la feria. Cuando los llevó a casa, ya había anochecido.
Aparcó el coche frente a la entrada de la residencia de los Carter.
Sylvia sacó a Isabel y a Liam del coche por turnos mientras los niños la miraban con fijeza.
Les dio unas palmaditas en la cabeza, sonrió y dijo: "Vuelvan y descansen temprano. Podemos volver a vernos mañana por la mañana".
Esto pareció reconfortarlos.
Sylvia se inclinó y acercó la cara hasta quedar justo entre ellas. Como si estuvieran sincronizados, Isabel y Liam le dieron un beso en cada mejilla.
Liam se despidió de ella. "Adiós, mami".
Isabel gritó con fuerza: "¡Mami, hasta mañana!".
Sylvia sonrió y les aseguró: "Sí, hasta mañana. Dense prisa y entren".
Las dos entraron cogidas de la mano.
Solo apartó la mirada cuando se aseguró de que habían entrado.
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