El alojamiento se reservó con antelación para ambas familias y cada una tenía su propia suite.
Sorprendentemente, mientras todos se preparaban para retirarse a sus respectivas habitaciones, Caprice se negó rotundamente a dejar el lado de Liam. A pesar de la mirada de desaprobación de Liam, ella se aferró a él y lanzó una mirada suplicante a su padre.
Sherry, sintiéndose impotente, frunció los labios. Sylvia y Odell apenas contuvieron la risa.
Sylvia luego sugirió:
—Amo Stockton, ¿por qué Sherry y yo no nos quedamos con los niños a pasar la noche? Odell y tú podéis ocupar la otra suite.
Las suites tenían varias habitaciones, lo que hacía que esta disposición fuera adecuada.
—¡Excelente! Sherry exclamó alegremente, llamando la atención de John.
Odell frunció el ceño y expresó preocupación:
—Sylvia, Isabel y Flint son traviesos. Cuidarlos solos puede ser un desafío.
Sherry lo tranquilizó:
—¡No te preocupes, estoy con ella!
Isabel intervino:
—¡Flint es el travi