Amelia vacío su bolso, sacó todo lo que había y lo dejó sobre la cama.
Primero sacó los diarioa de Silvia y pensó:
"No voy a leerlos, no me pertenecen, le pertenecen a ella, a la verdadera esposa de Ignacio. ¿Por qué Silvia se habrá ido de su casa? ¿Cómo pudo obligarme a usurparla?"
Dejó los diarios a un lado y luego tomó el gris que le pertenencia a ella. Suspiró en silencio, pensó que ya era hora de leerlo.
"Esta noche lo leeré sin que nadie me interrumpa."
Terminó de vaciar el bolso volcando todo sobre la cama; observó todo lo que tenía adentro, cayó en cuenta que nada de lo que había allí le pertenecía.
Estaban las tarjetas de crédito, el carnet de identificación de Silvia y hasta su pasaporte; púes no había pasado mucho tiempo desde que regresó de Houston y aún no terminaba de desempacar cuando descubrió todo.
También observó las llaves del apartamento que Ignacio compró para su estadía cuando ella viajara a recibir su tratamiento.
Recordó con nostalgia esos días felices que