El hombre de negocios, una figura pública por sus avances empresariales y todo lo que ha logrado, ahora mismo ha desaparecido en Ryan. Porque me ha abrazado para regresarme al auto.
Molesta, pateo y golpeo con mis manos a Ryan, pero, este no me suelta por nada del mundo. Todos nos observan asombrados, pero, nadie se atreve a intervenir por mucho que grite y pida que me suelte.‘Podrían matarme frente a ellos y no harían algo.’ Me digo mentalmente.Ahora comprendo porque hay tanta violencia en el mundo, después de todo, podrían matarme delante de ellos y no harían algo al respecto, porque no soy alguien querido o conocido de ellos.— ¡Suéltame, Ryan! ¡Lo prometiste! — le grito molesta.— Yo no te prometí algo. — dice Ryan regresándome al auto con la ayuda del conductor, que cierra demasiado rápido la puerta y sube al auto para conducirlo.