POV Adam
Después de enterarme de las condiciones en las que Emma vivía enfurecí, hice un par de llamadas y luego me dirigí al café de mi gordita.
Al entrar, un olor delicioso a vainilla me envolvió, caminé directo a la cocina sin esperar a que alguien me detuviera, sabía que nadie lo haría Emma no tenía empleados, ella era todo, la contadora, la jefa, la mesera, la repostera, todo. Al llegar a la cocina me detuve en la puerta, ahí estaba ella con su uniforme puesto como toda una chef profesional vestida de blanco, su gorrito le quedaba perfecto. Estaba sacando algunos panqueques del horno, el olor era increíble, casi no me gustan los pasteles, pero estos olían demasiado bien. Dejé que colocara la charola en la mesa de acero y luego le hablé, por más delicado que intenté ser, ella se asustó.
-Huele delicioso... ¿Me darás una prueba?
-¡Ay! ¡Se... Señor Keller! ¡Me asustó!
-Lo siento Emma, esa no era mi intención.
-¿Qué hace usted aquí?
-Vine porque tengo una propuesta para ti Emma.
-¿U