Fui directo a la habitación de Adam, el hombre estaba tendido en la cama durmiendo como si nada hubiera pasado.
Suspiré.
-¡Adam!
¡Adam! Necesitas un baño, hueles mal.
¿Adam?
No respondió, estaba completamente dormido.
-Parece que no habrá baño hoy...
Lo miré con detenimiento, me habría gustado saber por qué hizo todo ese espectáculo, el señor Joseph dice que casi no bebe, pero se bebió tres botellas.
Decidí que si no se bañaba, por lo menos debía dormir lo menos pegajoso posible, comencé a quitarle los pantalones y luego el resto, lo dejé sólo en ropa interior, lo miré de frente por un momento, su cuerpo era perfecto, esculpido por los dioses, recordé que lo había visto desnudo y me sonrojé.
Me encantaba Adam, en todos los sentidos, me sentí una pervertida por pensar en eso mientras el dormía en ropa interior sobre la cama.
Yo misma salí de mi ensoñación aclarando mi garganta, mi temperatura comenzaba a subir y yo a sudar.
-Mmm.
Busqué una toalla y la humedecí, la pasé por