Mientras Adam se bañaba aproveché para ponerme la ropa que traía cuando llegué, no olía tan bien, pero no iba a bajar sólo con una camisa puesta.

-Buenos días, señorita Emma.

-Buenos días, señor Joseph.

¿Amme ya despertó?

-Si señorita.

-Perfecto, ya nos vamos.

¿Podría avisarle?

-¿No se quedarán a desayunar?

-No, lo siento.

Tengo que atender mi pastelería, no quiero descuidarla.

-Entiendo, ya le aviso a la señorita Amme.

-Muchas gracias señor Joseph y por cierto, Adam ya despertó, no recuerda nada de lo que sucedió anoche, por favor no ahonde en los detalles, o se avergonzará.

-De acuerdo señorita.

-Gracias, otra vez.

-Soy yo quien debe agradecerle por cuidar del joven Adam, ya es un adulto y a veces parece que no.

-No se preocupe...

*****

Amme y yo llegamos a la pastelería después de pasar por el departamento de Adam para cambiarnos y ducharnos, ella se quejaba.

-No entiendo por qué no quisis