~ Narra Alistair ~
Estoy en mi despacho y no logro sacar de mi cabeza la frase de Evanya: «Te destruiré a ti primero». La osadía de esa chiquilla indecente resulta casi ridícula…
A mi alrededor la reunión continúa: mi asistente repite cifras, Cerazzo traza rutas y mi hermano menor, Alesso, no deja de hablar sobre la entrega de drogas en la costa de Portugal. Pero no escucho nada. Mi mente sigue atrapada en esa amenaza.
—Alistair, ¿qué te pasa? —me interrumpe Alesso—. No estás escuchando nada de lo que decimos.
Respondo sin levantar la vista del vaso:
—Nada… solo estoy un poco cansado.
Sé bien que ese cansancio no proviene del trabajo; proviene de la insolencia de alguien.
Alesso frunce el ceño.
—Sí, claro… «cansado». Ese cansancio tiene nombre y apellido: Evanya Moretty. Apenas puedo creer que la hayas dejado ir sin castigo después de poner a la organización en boca de todos. Eso no es un error que puedas permitirte.
Mi ceño se estrecha al escucharlo. Cerazzo, que hasta entonces guard