Adiós

Las luces de la habitación de Jake todavía estaban encendidas, habían sentido cuando Ana acabada de llegar.

— Entonces tu hermano se va a Italia.

— Italia le gusta.

— ¿Por qué no te defendiste cuando él te golpeó?

— En otra ocasión yo lo golpeé y no se defendió. Estamos a mano.

Nicol acarició su pecho desnudo mientras él se perdía en la belleza de sus senos.

— Quiero estar en esa operación.  — Cambió drásticamente de tema ella. — Es algo importante.

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