—¡Papá! — Tom fue el primero en recibirme. Sus manos rodearon mi cintura, abrazándome.— Pensé que ya no llegabas.
—Ya estamos aquí.
—Hola, Leslie. Feliz cumpleaños. — le dio un beso a mi esposa. —Adrián, han llegado, trae el regalo. — el pequeño Adrián, o más bien, la combinación perfecta entre Ana y Jamie, llegó a nosotros con un regalo en las manos. ¿Desde cuando caminaba tan bien y con esa rapidez? ¿Era yo o ese niño estaba mucho más grande?
—Feliz cumpleaños, Leslie. — quisiera decir que eso fue lo que dijo, pero no fue así. Soltó unas palabras en un idioma extraño pero todos entendimos la intención.
—Muchas gracias a los dos. ¿Donde están sus padres?
—Fuera, Jamie intenta encender la barbacoa, mamá insiste que la deje a ella y el quiere hacerlo por si mismo. Creo que tardarán un poco.
—Pues, vayamos allá. — Mi pequeño Tom, ya no era para nada pequeño. Estaba muy grande y con mucha inteligencia. Tenía la impresión de que