Ángela inició su trabajo con buen pie y fue resolviendo todo lo que encontró sobre el escritorio sin terminar. Ella tenía mucho tiempo que no ejercía su carrera, pero tenía disponibilidad y felicidad de estar en aquel lugar.
—Permiso.
—Pasa, Tomás.
—No quiero quitarte mucho tiempo, pero he venido a traerte todo lo que debes firmar y autorizar para cerrar con la nómina, también deseo informarte que el área de contabilidad está cubierta y también está resuelto el tema de mi secretaria.
—¡Wow sí que estás eficiente últimamente!
—He contratado a Ángela para cubrir ese puesto.
—¿Ángela, mi cuñada?
—La misma.
—¿Ella ha aceptado el puesto?
—Y se está encargando de todas las cosas pendientes, incluso de lo que no pertenece a su área.
—Ya veo que la eficiencia es contagiosa, porque ya la había invitado a trabajar con nosotros, en algunas ocasiones, y se había negado.
—Yo no le di el espacio para que lo hiciera y pienso que una persona con su mente tan cargada de tribulaciones y pensam