Por Alice
Cuando pensé que Alberto me iba a pedir matrimonio, porque sus palabras así lo indicaban, escuché la voz de Vivián, eso me sobresaltó, hasta pensé que lo estaba imaginando, pero la vi, en el escenario, al lado nuestro.
Instintivamente di unos pasos hacia el costado.
Ella estaba hablando y su voz torturaba mis oídos.
-Yo también quiero decir unas palabras, buenas noches a todos, soy Vivián Prondell y…
¡Vivián Prondell!
¿Alberto seguía casado?
¿Qué hacía ella acá?
Mientras que Alberto giró para mirarla, yo bajé del escenario.
Traté de no llorar.
Hasta logré sonreír, o eso creía.
Sentí que alguien tomaba mi brazo, era Victoria.
Ella me conducía hacía algún lugar.
Mi cara ardía por la vergüenza.
Pensé, mejor dicho, estaba segura de que Alberto me iba a proponer matrimonio.
Yo había luchado por olvidar sus mentiras, hasta traté de creer en él cuando me decía que ella solamente había sido su socia, no una mujer en su cama, aunque… entendía que eso no tenía sentido.
Era un mentiros