- Nada, un hijo no resolverá nuestros problemas.- quería alejarse, Daniel estaba forzándola a pegarse a su nariz.
- No es por los niños que no quiero el divorcio, yo… te amo… ¿ de verdad ya no sientes nada por mí?- Daniel se había quitado la mascarilla de oxígeno, la punta de su nariz estaba fría.-
- Daniel… no estás bien… -
- Me duele el hombro… pero siento que mi corazón duele más cuando te escucho… ya no sé qué más hacer para que me aceptes…- Daniel cerró los ojos, estaba mareado y comenzaba a faltarle el aire.
Samanta se apresuró a tomar la mascarilla y reposicionarla en la cara de su esposo.
- Respira profundo… no te la quites, aún estás mal…- lo obligó a apoyarse en el colchón.- Siento tocar ese teme ahora, hablemos de eso