Ariel se mantuvo vigilando el estado de Jesse en su departamento, tal como se comprometió con el ginecólogo.
- Ariel, ya me siento bien, no necesito que me controles signos vitales tan seguido.- se quejó Jesse.
- No lo sabré si no te controlo.- le decía tomándole la presión.
- Te diré si siento algo extraño.-
- No lo hiciste hoy.- le cobró lo sucedido.- Sólo no hables por unos minutos.
Le obedeció esperando que terminara su revisión, pero no se quedaría con esa explicación a mitad de camino.
- Estabas en turno, no quería sacarte de tu trabajo, no creí fuese tan malo…- Neftis se acomodó a su lado para cuidarle.
- Jesse, es nuestro primer hijo, no sabemos como reaccionará tu cuerpo.- le acarició la mejilla.
- Te veías muy asustado.- acariciaba el suave lomo negro de la gata.
- Lo estaba… me sentí más tranquilo cuando te vi.-
- Preocupé a mi hermana también…- recordó con culpa.
- No te agobies con eso, ¿ supiste si ella y Daniel conversaron?-
- Daniel suspendió todo, habló con mamá e inv