Arnold es un buen maestro, me explica detalladamente que significa un squirt y como pudo causarme este sin yo poder notarlo, es por eso, que me lleva a la habitación donde mientras me limpia y besa, me explica todo a la perfección.
El problema es que mientras lo hace toca de más y por eso terminamos en un sexo lento y extasiante que nos obliga a comer después de tanto desgaste. Ni siquiera sé cuántos orgasmos he tenido — Si seguimos así vamos a morir por el agotamiento.— Puedes decirme si quieres parar, yo te dejaré descansar. — dice Arnold.— ¿Acaso no te cansas? — pregunto confundida.— ¿Quieres que te responda porque no me canso?— La práctica hace al maestro, ¿no es así? — pregunto y él suspira profundo.— Si no quieres saber la respuesta, lo mejor es que no preguntes. — dice Arnold