Días después
Nunca había odiado tanto a las personas como ahora. Arnold no despierta, la enfermera disfruta de la vida de rico que no puede publicar en rees sociales, yo debo bañar a Arnold como me lo ordenaron desde el primer día y la prensa no deja de publicar videos de lo buena mujer que soy.‘La señora Krick: mujer ejemplar.’ Digo en mi mente viendo por duodécima vez como me llaman en cada reporte que hacen del narcotráfico.— Esto debe ser una maldita broma.— No entiendo porque se molesta tanto, la tienen como una héroe y para su grupo lo es, señora Krick.— No me llames así, sobre todo cuando sabes mi situación.— Asesinó al jefe de ese clan. En pocas palabras hizo algo que los hombres entrenados de su esposo, no lograron hacer. Sin duda, es un modelo a seguir para los que conocen la verdad a medias.— Para los