Arnold me entrega un teléfono donde yo me veo tan terrible que doy vergüenza, es entonces cuando él señala una parte en su camisa y yo noto un pequeño lente con el que me está grabando.
— Todos tienen esto, el único teléfono con el acceso a cada grabación es el que te estoy dando. Quédate aquí con Alondra y unos cuantos chicos, cuando ya sea seguro lo verás y podrás marcharte.— ¿Cómo podré irme? ¿Acaso no notas…?— Voy a despejar el cielo por ti, no te preocupes. — dice Arnold para después darme u beso en la frente y acaricia la cabeza del bebé que no deja de llorar aunque con menos intensidad.Arnold no espera que yo le diga algo, solo se marcha sin mirar atrás mientras yo imploro que no terminen las cosas mal, porque si él muere quedo a la merced de alguien que puede y será m&aacu