En mis brazos… en mis malditos brazos Eva se derrumba completamente mientras yo me esfuerzo por sostener cada uno de sus pedazos como si eso evitara el dolor que yo le he causado debido a mi incompetencia.
‘Tú, Arnold Krick eres un maldito inútil de mierda, pudiste hacer las cosas bien. Sabías como evitarle esto, pero, escogiste mal hace dos meses y eso es lo que te está llevando al maldito dolor que mereces, pero Eva no.’ Me digo mentalmente.Mi corazón duele y yo odio sentir tanto por alguien, porque si fuera otra persona, no me importaría. Pero, Eva lo es todo para mí, es mi mujer… mi primera y última esposa.— Llora, Eva. Golpéame y maldíceme si eso te ayuda a sentir mejor, yo lo recibiré todo. Te aseguro que lo recibiré sin quejarme. — digo con dolor en todo mi cuerpo.— Yo… — dice Eva, pero apenas intenta articular una