El ambiente de la cena se volvió súbitamente tenso, impregnándose de hostilidad. En ese momento Daniel intervino:
—Mamá, ya basta, esas cosas ya pasaron, yo ya me vengué en privado por mi hermana.
Silvana miró a su hijo con expresión severa y dijo:
—Pero tu hermana no sabe cuántas habladurías tuvo que soportar a sus espaldas, su reputación personal y su honor quedaron completamente arruinados.
Al escuchar estas palabras, Lorenzo apretó los puños.
Quería decir que la culpa no era solo de una parte, que aunque efectivamente él había contactado a Isabella primero, también había sido ella quien constantemente trató de destruir su matrimonio, incluso lastimando a Marisela.
Pero considerando la posición de la otra parte, finalmente se contuvo.
—En este asunto efectivamente nosotros los Cárdenas le debemos algo a tu hija, haremos todo lo posible por compensarla —habló Eduardo en ese momento.
Silvana esperaba precisamente esas palabras. Se volvió a mirarlo y dijo:
—Usted es un mayor, sus palab