Capítulo 672
El secretario la miró, preguntando con cierta incomprensión:

—¿No entiendo a qué se refiere?

Celeste habló con franqueza y claridad:

—Pensé que él te haría traer una caja llena de dinero para arrojársela en la cara a mi amiga, y que le harías reconocer su lugar para que no se sobrepasara buscando problemas con Isabella.

Al escuchar esto, el secretario comenzó a sudar nerviosamente y se apresuró a explicar:

—No es así, señorita. Usted ha malentendido a nuestro señor Acosta. Él sinceramente quiere compensar a la señorita Undurraga, no con métodos duros, y mucho menos como una advertencia.

—Señorita Undurraga, por favor créame. Todo lo que digo representa las intenciones de nuestro señor Acosta —dijo mirando a la joven en la cama del hospital.

Se esforzó en mostrar con su expresión su sinceridad, sintiendo que lo trataban como a un villano.

Marisela lo miró directamente a los ojos y dijo:

—Por favor siéntese, señor Steve.

El secretario acercó una silla, tenía en las manos un documento pre
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