—Impresionante, sigues siendo igual de fuerte —comentó Celeste.
—¿Viste el chisme que te envié? ¿Por qué no me respondes? —añadió.
Antes de que Marisela pudiera contestar, Celeste pareció recordar algo:
—Oh, lo olvidé, has estado en el extranjero dos años, ni siquiera sabes quién es Lorenzo.
Marisela bajó la mirada sin decir nada.
¿Cómo no iba a saberlo? Había sido su criada durante dos años.
—Incluso fue a nuestra universidad, aunque estudiaba Finanzas mientras nosotras estudiábamos Arte Digital.
Vaya, dicen que en tercer año rompió con su novia, y sorprendentemente cuatro años después vuelven a estar juntos... —Celeste seguía parloteando con la boca llena mientras se cepillaba los dientes.
Marisela no quiso interrumpir su entusiasmo y silenciosamente bajó el volumen al mínimo.
Celeste había sido su compañera de habitación en la universidad y una de sus mejores amigas, pero no sabía que Marisela ya había coincidido con Lorenzo en la preparatoria, incluso en la misma clase.
Lo había o