Daniel le lanzó una mirada asesina, su actitud protectora hacia su hermana alcanzó el máximo nivel.
—¡Ja, ja, ja! Señor Cárdenas, ¿se siente mejor la herida en la cara? ¡Déjeme ayudarlo con el hielo! —Aurelio medió, acercándose al señor Cárdenas, y desde un ángulo donde Daniel no podía ver, le hizo señas desesperadamente con los ojos:
¡Señor Cárdenas, hable menos! ¿No ve que el señor Acosta solo tiene ojos para la hermana que acaba de encontrar? Naturalmente la protege muchísimo, ¡no tolera que otros digan ni una sola cosa mala de ella!
Además, usted e Isabella tienen...
Un enredo complicado que no se puede explicar fácilmente por el momento.
¡Así que en este momento mejor manténgase tranquilo frente al señor Acosta!
Lorenzo se contuvo, pero aún estaba muy enojado. Quería ver cómo iba a defender Daniel a su hermana después de ver toda la evidencia de los crímenes de Isabella.
La oficina se quedó brevemente en silencio. Daniel miraba tranquilamente toda la evidencia, mientras que del ot