Esta cadena, aunque habían pasado veinte años, las esmeraldas verdes seguían brillando, y los diamantes naturales engarzados alrededor también eran deslumbrantes.
Si no fuera porque necesitaba urgentemente dinero, seguramente la seguiría guardando en secreto, pero esta vez justo serviría para su propósito.
Todo lo que tenía ahora, se lo había ganado ella misma~
Calmando su emoción y euforia interior, Isabella se durmió agarrando fuertemente la caja.
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Al día siguiente, llegó el hermoso sábado.
Marisela desayunó temprano por la mañana, y luego preparó los ingredientes del almuerzo para marinarlos.
Planeaba hacer alitas de pollo al limón, churrasco de ternera, y un ceviche, además de acompañar con un sancocho.
Tres platillos y una sopa, debería ser suficiente para Ulises, y tampoco se vería "tacaña".
A las once y media, toda la comida ya estaba lista. El secretario de Ulises la llamó para decirle que llegaría en quince minutos.
Marisela estaba sirviendo el arroz, mirando el volumen del c