Capítulo 403
—No es necesario. Para proyectos importantes, que se decida en junta de accionistas. Para proyectos pequeños, que los ejecutivos decidan directamente. Si realmente hay algo que necesite su aprobación, tráemelo a mí.

Ahora el mayordomo no tenía nada que decir, y después se puso a pensar en otras excusas para ir a sacar al señor.

Pero antes de que pudiera pensar en algo, escuchó a Eduardo decir otra vez:

—Llama a Marisela.

Mayordomo: —Sí.

Sacó su celular para marcar, pero en el último momento Eduardo dijo:

—Olvídalo, no llames. No tengo cara para eso...

No era que quisiera interceder por Lorenzo, ni que quisiera pedirle que firmara una carta de perdón, sino que quería ayudar a disculparse.

Pero...

Ahora hasta buscarla le daba vergüenza.

Ya de por sí él le había fallado a esa niña, obligándola a casarse con su nieto, y después había sufrido tantas veces...

Esta vez Marisela fue directamente a la policía, y en la estación no le avisó a él. Entendía lo que eso significaba: no quería que él
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