Lorenzo apretó los dientes y dijo furioso: —¡Ni lo sueñes!
—Ja, entonces no me culpes si solicito ejecución forzosa —sonrió Germán.
—Voy a apelar, ¡aún no se sabe quién ganará el caso! Te alegras muy temprano, ya llorarás pidiendo clemencia cuando llegue el momento —Lorenzo dijo con malicia.
No solo el bufete de Germán, sino también los proyectos e industrias de los Escobar.
Ja ja, ¡Germán podía esperar a arrodillarse con toda su familia afuera del Grupo Cárdenas!
Al escuchar que Lorenzo no se daba por vencido y aún quería apelar, Germán lo miró como si fuera un payaso.
Realmente admiraba a este hombre, con evidencia irrefutable de infidelidad, y Eduardo apoyando firmemente el divorcio, ¿y aún tenía la cara para apelar?
¿Pensaba que así el juez retiraría el veredicto? ¡Realmente ridículo!
A un lado, Marisela trataba de soltarse de la mano férrea de cierta persona, mientras lo escuchaba decir que aún apelaría, sintiendo disgusto y enojo, además de algo de pánico.
El juez originalmente h