Violeta la miró fijamente, mordiéndose el labio sin decir nada.
—Oye, ¿te la tienes tomada conmigo o con mi amiga? Es nueva en el ambiente laboral, ¿todos la acosan? Por tu tipo, se nota a kilómetros —continuó Celeste con desprecio.
—¿Quieren que esto termine? Bien, pero investigaré quién ha maltratado a mi amiga. Y quien sea descubierto, mejor que salga corriendo de San Miguel del Monte~
Celeste volvió a sentarse con elegancia, cruzando las piernas y los brazos.
Al ver que quería defender a Marisela, otros que la habían ofendido antes, especialmente quien la había denunciado, también empezaron a ponerse nerviosos.
—¡Violeta! ¡Discúlpate ya! ¿Quién te mandó a ser tan entrometida? —se acercó Eloísa susurrando.
Marisela la miró. ¿No era ella quien había denunciado la falsificación de su currículum?
—Sí, Violeta, pídele disculpas rápido, ya casi terminamos la jornada —dijo alguien del grupo de Eloísa.
Mientras la presionaban y empujaban, entraron al departamento dos personas de recursos h