Capítulo 184
—Además, esta noche entró ilegalmente, engañó a seguridad e incluso me amenazó.

Para entonces la situación ya estaba clara. La policía se llevó al hombre, que seguía insultando a Celeste.

Ella observó cómo se lo llevaban y resopló con desdén. Luego se dirigió a los guardias:

—Recuerden su cara. Si se acerca de nuevo al complejo, llamen a la policía.

Los guardias asintieron. Por suerte la amiga de la residente lo había descubierto a tiempo; si el sospechoso hubiera agredido a la residente, ellos habrían sido legalmente responsables.

El jefe de seguridad se acercó a Celeste para pedirle que no denunciara a la administración por negligencia.

Celeste accedió, sin ponerles problemas, pero hizo una petición: que por el momento no informaran a la residente sobre lo ocurrido esa noche, pues ella misma se lo contaría.

El jefe comprendió y le aseguró que el aviso en el grupo de la administración no mencionaría información personal de la residente.

Celeste quedó satisfecha y regresó, aunque aún s
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