—En ese momento ni siquiera sabía que había una fuga de gas. Normalmente no cocino. Si lo hubiera sabido, ¿cómo habría dejado a Marisela para irme solo con Isabella?—Guárdese esas explicaciones para la señora, si es que todavía está dispuesta a escucharlo —suspiró Aurelio.
—¿Entonces todavía tengo esperanza? ¡Puedo explicárselo todo a Marisela! —exclamó Lorenzo, sus ojos brillando de emoción.
Aurelio pensó: Probablemente no hay esperanza. ¿No vio lo decidida que estaba cuando se fue? Su corazón está completamente destrozado.
Pero recordando la famosa frase de la señora, "el señor Cárdenas solo escucha lo que quiere escuchar", forzó una sonrisa y dijo:
—Inténtelo. Si lo intenta, al menos no tendrá arrepentimientos.
—Definitivamente no dejaré que ocurra algo de lo que me arrepienta. Solo necesito disculparme con Marisela y aclarar todo, seguro me perdonará —respondió Lorenzo, recuperando su espíritu combativo y su confianza.
Aurelio lo observó, asombrado por el cambio: un minuto antes pa