—La señorita Undurraga ya está bien, todos los registros de las enfermeras que vinieron a hacer rondas anoche son normales.
Lorenzo escuchó esto y se sintió completamente tranquilo, moviendo el cuello para relajar los músculos.
Después de pasar la noche, no se había cambiado de ropa y tenía arrugas por todas partes, además tenía el cabello despeinado, no se diferenciaba mucho de un vagabundo de la calle.
Tomando la sopa que le pasó Aurelio, ordenó:
—En un rato transfiere a Marisela a otro hospital, a una clínica privada para su recuperación.
—El señor abuelo también planea eso, el mayordomo me acaba de enviar un mensaje mencionándolo —dijo Aurelio.
Lorenzo bebió un sorbo de sopa y preguntó:
—¿Hubo algún avance nuevo en la investigación policial de anoche?
—Sí, y ya identificaron la apariencia del criminal, además extrajeron toda su información —respondió Aurelio.
Inmediatamente, Lorenzo se giró, enderezando la espalda.
Aurelio abrió la tableta y comenzó a reportar empezando por el nomb