Respiró profundamente pues tenía temor a las alturas pero necesitaba llegar ahí pues la culpa no la dejaba dormir.
—Casi lo logro, ¿Por qué lo tuvieron que poner en este lugar?
Solo así podría llegar a él porque su habitación estaba siendo custodiada por los hombres de su padre. Ella tenía que asegurarse que él estaba bien.
Alison saltó de un balcón al otro a punto de caerse pero fue más rápida, su corazón latía aceleradamente bajo su pecho.
—Mierda, lo logré.
Enseguida entró a la habitación del cachorro después de asegurarse que no hubiera nadie en esta.
Sus ojos escanearon el lugar y pudo encontrarlo acostado sobre la cama descansando. Enseguida llegó hasta él cayendo de rodillas a un lado de la cama.
—¿Oye? ¿Puedes oírme?
Alison vio que su rostro seguía golpeado y notó que el pobre cachorro había sido encadenado a su cama con plata.
—Esto es mi culpa, lo siento tanto…
Ella parpadeó para alejar las lágrimas que amenazaban con caer por su rostro pero se negaba a dejarlas salir. Tenía