La música se extendía por todo el lugar mezclándose con las risas coquetas de las hembras alrededor de Aris.Diana estaba ardiendo de celos mientras sostenía la bebida entre sus manos.Notó su postura relajada, engreída y superior a todos los que estaban a su alrededor. Cosa que le irritaba y le atraía en partes iguales."Como lo detesto..."Pero a la vez quería ser ella el centro de su atención. Quería besarlo. Ser suya.No era solo el hecho de que algún día se convertiría en el Alfa de la manada del Este lo que llamaba la atención de las hembras a su alrededor. Sino también la confianza y la seguridad con la que se movía. El hecho de que siempre estuviera en el foco de atención de las hembras con sangre Alfa solo la enfurecía mucho más porque sabía que Aris las preferiría sobre ella.Siempre la llamaba híbrida de manera despectiva..."Sin embargo, siempre está cerca de ti. Siempre está mirándote."Susurró una voz en la cabeza de Diana que hizo que ella frunciera el ceño sin saber d
Aris la aferraba a él como una segunda piel mientras corría de vuelta a su manada.Ignoró las miradas llenas de sorpresa porque llevara a la hembra inconsciente.La única preocupación que tenía era que Diana estuviera bien.—¡Llamen a la curandera, ahora! —rugió él con voz de Alfa.Sentía que en cualquier momento su corazón se saldría de su pecho.Muchos lobos corrieron para acatar su orden al mismo tiempo que él entraba a la casa.Bajó su preocupada mirada hacia ella notando la palidez en sus perfectos rasgos.Su pelo oscuro y abundante caía enmarañado, por su frente había caído un hilo de sangre que lo preocupaba demasiado.Sabía que ella era una hembra fuerte, pero era su hembra y siempre se preocuparía por ella, Diana era lo mejor que tenía en la vida, incluso aunque no lo admitiera le encantaba su juego de provocación porque ella mantenía siempre sus ojos sobre él.Y cuando despertara iba a decírselo.Iba a hacerle a entender lo importante que era para él.Lo mucho que la necesit
Diana se despertó con un terrible dolor de cabeza mientras era examinada por una extraña hembra mayor.—Ya estás despierta, ¿Cómo te sientes? ¿Puedes ver bien? ¿Estás mareada?Ella abrió la boca.Sus labios estaban resecos al igual que su garganta.—Me duele mucho la cabeza, pero no estoy mareada —susurró ella a modo de respuesta.La hembra asintió como si lo imaginara.— Te dejaré algunas plantas medicinales para el dolor de cabeza. Seguramente pronto estarás bien.—Yo... ¿Podría decirme dónde estoy?La hembra enseguida frunció el ceño clavando sus ojos sobre Diana analizándola antes de preguntar.—¿No sabes dónde estás? ¿Qué recuerdas?Diana pasó su lengua por su labio inferior buscando humedecerlo.Estaba nerviosa.Buscó algún recuerdo, alguna imagen, pero todo parecía haber sido borrado de su cabeza.—Yo... no recuerdo nada. No s-sé quién soy.La curandera la miró conmocionada.—La amnesia no es algo común en lobos y tampoco lo es el hecho de que estuvieras tanto tiempo inconscient
—Aris, detente —gruñó Alessandro con su voz de Alfa.Pero para su sorpresa él no paró de moverse sin apartar los ojos de ella.Queriendo rodearla con sus brazos y hacerla suya.La necesidad que tenía por enterrar su nariz sobre su cuello y aspirar su aroma era algo que jamás había experimentado.Sus instintos eran cada vez más salvajes y primitivos.Su lobo la reclamaba.Incluso aunque no supiera si era suya ciertamente.Pero solo había una forma de saberlo.Poseyéndola.—Diana...Su corazón se rompió al ver como la hembra abrazaba sus rodillas con sus brazos mirándolo sin reconocerlo. Con una angustia y temor que él jamás había visto de su parte.En un movimiento sumamente rápido Aris se liberó de Alessandro y Zakiel, sin dudar, se arrodilló a un lado de la cama.—Diana, mírame.—No —susurró ella con un hilo de voz.Sus hermosos ojos azules no lo enfocaron a él rompiendo sus defensas.—No te haré daño...—No te creo porque aunque no te recuerde, siento un dolor profundo aquí —dijo to
Aris no podía dormir.El pensamiento de que Diana estaba sobre su cama, donde siempre debería estar provocó en el una lujuria que no podía reprimir.Recordó el beso que habían compartido y lo idiota que había sido como para negar lo que sentía ahora estaba pasándole factura. No podía estar lejos de ella físicamente por el torbellino de emociones que ella le hacía sentir y que él como un idiota había ignorado por tanto tiempo.Su orgullo y el deseo irrefrenable por adquirir más poder convirtiéndose en el mejor Alfa lo había llevado a cometer el error que ahora estaba pagando.No podía soportarlo por más tiempo.—Necesito verla.Él no notó la oscuridad en su voz, ni lo posesivo que estaba. Era la primera vez que sus instintos lobunos se hacían cargo de él. Más aún porque su transformación había ocurrido recientemente. Se levantó de la cama saliendo rápidamente de la habitación que ella siempre usaba cuando estaba en casa y rápidamente entró a la suya sin ser visto por nadie, en la oscur
Ambos se sintieron sacudidos por una tormenta de emociones en el instante en que sus labios se encontraron.Ella no podía recordarlo pero dejaría su huella en su piel desesperado porque su Diana que quedara junto a él.Sentía como si de un momento a otro alguien fuera capaz de intentar quitársela aprovechándose de su vulnerabilidad, pero él no lo permitiría.Este encuentro desencadenó la atracción innegable que había entre ellos mientras sus labios se acariciaban de manera elemental perdiéndose en el intenso deseo que sacudió a ambos.Su lengua la acarició con deleite y supremacía dominando cada uno de los impulsos de Diana quien respondió tímida.El aroma dulce de Diana llegó a sus fosas nasales deleitándolos como siempre que la olía. Pero ahora había un ligero matiz en su aroma que lo atraía cada vez más.De repente, las manos de Diana lo empujaron lejos de su boca y él dejó que lo hiciera sintiendo una punzada en su corazón al verla mirándolo aturdida antes de fruncir el ceño.—¿Có
Diana no había dejado que Aris se acercara a ella otra vez.Lo que sentía por ese macho la confundía incluso aunque no tenía sus recuerdos. Se sentía inquieta cada vez que la miraba porque el tenía un extraño magnetismo que luchaba por dominarla.Que la atraía intensamente y quería hacerla caer a sus pies. Eso era algo que no podía permitirlo.—¿Está mirándome? —preguntó Diana a su mejor amigo después del entrenamiento.Su cuerpo desprendía un aroma adictivo para los macho a su alrededor incluyendo a Zakiel quien por primera vez tenía que controlarse estando cerca de ella.El macho apartó la mirada desviando su atención hasta su hermano.Sus ojos estaban oscurecidos llenos de un deseo reprimido hacia la hembra.Ahora mismo lo entendía porque el aroma de Diana estaba matándolo.Pero no era solo a él.Más de uno a su alrededor tenía los ojos clavados en ella, cosa que enfurecía a Aris.—¿Cuándo no está mirándote?—Estoy confundida.Zakiel frunció el ceño antes de volver su atención a el
Todo a su alrededor pareció desaparecer.Diana se desmayó pero cuando volvió a abrir sus ojos estaba desorientada.Miró a su alrededor y gimió en voz alta al ver los cuerpos desmembrados de los machos que habían intentado abusarla.—¿Cómo...? ¿Yo lo hice?Ella miró a su alrededor y no vio a nadie más pero podía sentirse observada.Su corazón se agitó mucho más al ver la sangre en sus manos.El ataque parecía ser de un animal pero ella era quien estaba cubierta de sangre, parecía que de repente había salido de un trance y eso la descolocó.—No, yo aún no me transformo. Ese parece ser un ataque de lobos.Diana tragó saliva, en definitiva, alguiene estaba mirándola. Ella dio un paso atrás nerviosa y sin pensarlo, se echó a correr.Su corazón parecía que iba a salirse de su pecho.El miedo que había sentido antes parecía intensificarse porque no quería girarse pero sabía que estaba siendo seguida.Escuchaba pasos pesados corriendo detrás de ella."Oh, diosa. ¿Qué es esto?"Ella derrapó ce