—¿Qué pasará con Dana? —preguntó Zakia caminando al lado de Kian.
El macho apretó sus puños.
No había podido dejar de pensar en Dana. Estaba decidida a casarse con Román y eso estaba calando profundo en su corazón. Ni siquiera sabía cómo demonios actuar.
Jamás había querido tanto a alguien, entonces ¿Qué debía hacer?
—La recuperaré —afirmó y Zakia no pudo evitar burlarse de él.
Ella había sido la primera en darse cuenta de la atracción de Kian por Dana y por eso se había puesto tan celosa de ella, aunque después temió por el descontrol de las emociones de Kian.
—Te queda un largo camino, ¿Qué harás? ¿Te irás al Norte?
—No quiero hacerlo. Por primera vez en mi vida quiero algo por encima de mi manada. Mi padre me enseñó que lo primero era mi manada pero… no me gusta la idea de vivir lejos de mis cachorros y sobre todo de Dana. Estos cuatro años lejos de ella fueron un infierno. Tendrán que matarme para alejarme de ella.
—Así que estás decidido. ¿Ya le hablaste del pasado? ¿Le contaste